Cortado por tu piel... ahorcado por tu lengua... violentado por tu aroma... golpeado por tu mirar... simplemente flagelado por tus besos.
Cansado de tu mirar divagante, me aproximo al oído errante para decir ciertas palabras que prefiero no tener que repetir. Lamento tu llanto, lamento tu risa, lamento el momento. El muñón de tus heridas ha rozado mis mejillas por segunda vez. Tu risa brota resonando en toda la habitación aunque no halla una razón aparente, respondes que ríes por no llorar y aunque tus ojos siguen húmedos, no pretendes soltarlas.
Hecho de menos tus palabras cuando estas sentada enfrente, hecho de menos tus manos cuando no puedes tocarme, hecho de menos tus abrazos cuando estás al lado. No hay un momento en que todo sea perfecto junto a ti... me siento flagelado por tu ser.
Abrazando tus sueños nunca los harás realidad, en un solo instante perdimos todo lo que teníamos antes del derrumbe. Casi puedo sentir tu dolor, casi puedo sentir tu rencor, casi puedo sentir que estas rindiéndote frente a la opresión del amor.
Se que a muchos le gustaría tener que ocupar mi lugar en esta situación tan embarazosa, se que muchos pelearían por ser tu acompañante, se que muchos dirían que pueden cambiarte la posición de los astros, se que muchos mentirían, golpearían, matarían por un beso tuyo. Uno sólo.
Basta saber que es lo que sueñas cada noche para sentirse querido, te dejo este abrigo por si nieva en tu sueño... te dejo estas cartas para que tengas algo que quemar... te dejo este adiós como parte de la realidad, una realidad -en la que si tu estás- no quiero ver más.
Cortado por tu piel... ahorcado por tu lengua... violentado por tu aroma... golpeado por tu mirar... simplemente flagelado por tus besos. Me siento flagelado por tu ser...